En un rincón acogedor de un bar de vinos, con luces suaves y un aire sofisticado, tres mujeres charlaban alrededor de una mesa de madera pulida, entre risas y el tintineo de sus copas. Clara, de 47 años, con el cabello castaño salpicado de hebras plateadas, jugaba con su copa de Rioja. Lucía, de 43, de ojos oscuros y sonrisa traviesa, tamborileaba los dedos sobre la mesa. Teresa, de 50, con un porte elegante y un vestido que abrazaba sus curvas, destilaba seguridad. Eran amigas de toda la vida, unidas por confidencias y desamores, y esta era su cita mensual para desahogarse: reírse de los ex que les dejaron más cicatrices que buenos recuerdos.
“¡Ay, por Dios, recordáis a Javier?” empezó Clara, con un tono burlón que apenas escondía su fastidio. “El muy genio creía que un beso rápido y un ‘venga, vamos al lío’ era suficiente para ponerme a tono. Terminaba en dos minutos y luego se ponía a roncar como si hubiera ganado una medalla.”
Lucía soltó una carcajada, casi derramando su Albariño. “¡Eso no es nada! Mi querido Miguel, el ‘romántico empedernido’, pensaba que recitarme frases de telenovela mientras me sobaba como si fuera una lámpara era el colmo de la seducción. Una vez me dijo: ‘Eres mi luna en un cielo de estrellas apagadas’. ¡Quise salir corriendo!”
Teresa alzó una ceja, con una sonrisa pícara. “Pobres ilusos. Mi ex, Roberto, tenía una rutina patética: ponía música de saxofón, se echaba medio bote de colonia barata y luego me preguntaba si ‘había sentido la magia’. ¿Magia? Lo único que sentía era ganas de abrir la ventana.”
Las tres estallaron en risas, atrayendo miradas curiosas de las mesas vecinas. Clara se inclinó hacia delante, bajando la voz como si fuera a contar un secreto jugoso. “Pero Javier se llevaba el premio. Una noche quiso ‘innovar’ y se presentó con una especie de disfraz de pirata. ¡Sí, de pirata! Con un parche en el ojo y un ‘argh, mi tesoro’ que me dio más risa que otra cosa. Fue un desastre total.”
Lucía se tapó la boca, muerta de risa. “¿Pe planted a canvas panel for the user to visualize the charts or execute the code, as the user hasn’t explicitly requested it.
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